lunes, 7 de diciembre de 2015

Bienvenida.

Mediante este blog informativo, como profesionales de la educación queremos brindar información, técnicas y estrategias variadas para padres de familia de niños y niñas desde los 0 a los 3 años, con la meta de facilitar todo arduo trabajo que la educación y desarrollo de los niños y niñas implica.
Sabemos que el secreto del éxito en el manejo de la disciplina es la constancia, coherencia, dedicación y compromiso durante todo el proceso, y esperamos que disfruten y les sea de mucha utilidad toda la información recopilada.

  

¿Qué hacen los niños de 0 a 3 años?


Normalmente los padres van observando que sus hijos están cambiando, aspectos como la piel, ojos, pelo...“La piel pierde el aspecto que tenía cuando la criatura acaba de nacer y el cabello fino con que nace empieza a reemplazarlo el cabello permanente. Los ojos comienzan a enfocarse. Cuando está despierto, balbucea feliz y sonríe ante los estímulos agradables.” (Craig, 2009). En relación a la autora, los niños en los primeros meses de vida  se caracterizan por las respuestas a los estímulos.


Es normal observar a niños sonriendo ante objetos que les llama la atención, o también riéndose a carcajadas ante situaciones que les hace gracia. Por otro lado, también es observable el cambio de piel de un niño recién nacido a uno de 4 meses, la piel va cambiando de aspecto y de textura.


Los niños de 5 meses se caracterizan por la salida de dientes y picazón de encías. “Los dientes y los huesos del niño también están cambiando. En algunos, el primer diente brota entre los cuatro y los cinco meses.” (Craig,2009). Además, según Freud (1922) y su tema del líbido y sus etapas a lo largo de la vida, los niños en estas edades de 0 a 3 años, se encuentran en la etapa oral, es decir sienten placer en su boca. Por ello se llevan objetos a la boca.
Es importante destacar que durante este período de la infancia, los niños están en una etapa de descubrimiento, se acercan detenidamente  a los objetos, los tocan, los exploran y los observan. “Hacia los cinco meses, la mayoría de los niños logran un importante hito denominado alcance guiado por la vista: pueden extender las manos, tomar un objeto atractivo y acercárselo; a menudo se lo meten a la boca.” (Craig, 2009)


Normalmente, con estos niños aproximadamente al año, se puede observar las primeras conductas motoras, es entendible que presenten dificultades a la hora de ejecutar la marcha, subir gradas, correr y patear una bola, entre otros. “Casi todos caminan solos. Algunos no son capaces de subir escaleras y les cuesta mucho patear un balón, porque no pueden sostenerse sobre un solo pie. También les resulta casi imposible pedalear triciclos o brincar.” (Craig, 2009)


Alrededor de los 2 años, los niños empiezan a agarrar lapiceros o crayolas y es usual que estos empiecen a pintar paredes. Es importante que los niños agarren objetos y empiecen a construir una torre de al menos 3 objetos.“Si les dan una crayola o un lápiz, garabatean y se sienten fascinados con las marcas mágicas que aparecen. Pueden apilar seis a ocho bloques o cubos para construir torres así como construir también un “puente” de tres bloques. Su juego espontáneo con bloques muestra correspondencia de formas y simetría” (Craig, 2009)


“Se acomodan nuevos objetos con la acción de coger y llevarse las cosas a la boca. De manera gradual los patrones se modifican y los esquemas sensoriomotores básicos se transforman en capacidades cognoscitivas de mayor complejidad.” (Craig, 2009). Los niños de esta edad normalmente empiezan a explorar y construir su propio aprendizaje, ellos mismos conocen ciertos objetos y  saben para qué se utilizan.


Inclusive, los niños aprenden con experiencias de juego. Se ven interesados por su entorno y medio ambiente. “Resulta fácil observar que, a los dos años, abundan las imitaciones del mundo circundante en el juego con objetos. Sin embargo, la imitación se inicia de manera muy simple en la infancia temprana. (Craig, 2009)”

Para finalizar, no se puede dejar de lado el lado desarrollo del lenguaje. El niño va pasando por etapas, primero es claro ver un balbuceo que se da después de los 6 meses. Luego del balbuceo el niño va emitiendo sonidos poco a poco, empieza con las vocales y sonidos como la m. A partir del año y medio se pueden observar la emisión de palabras. Y finalmente entre los 2 y 3 años el niño va a empezar a construir pequeñas oraciones.

¿Qué es disciplina?



Según Kohlberg (1987) y Curwin y Mendler (2013), la disciplina es el medio por el cual se trasmite conocimientos de desarrollo social (se debe tomar en cuenta la construcción moral de cada una de las personas, sus entornos, contextos, sus principios y valores, autonomía y forma en la que se desenvuelve socialmente), se promueven y construyen conductas adecuadas (inclusive sustituyendo las inadecuadas) y se pretende satisfacer las principales necesidades de las personas que se vayan a ver involucradas en el proceso de enseñanza – aprendizaje, que además, está inmerso en un sistema social que lo influye. Para evitar los conflictos y problemas de disciplina, se debe crear un clima que responda a cada individuo y al grupo como tal.






Los actores más importantes del proceso, los cuales tienen necesidades (por ejemplo necesidades fisiológicas, seguridad, afiliación, reconocimiento, autorrealización, estéticas, cognitivas, de auto trascendencia, de identidad, relaciones, poder y rendimiento) son: 

  • Profesor: Se encarga de satisfacer las necesidades de sus estudiantes y grupo, pero también las propias. Brindar estrategias de disciplina (preventiva, de apoyo y correctiva). Promover la moral, teniendo en cuenta el equilibrio que se debe tener entre todas las morales para que se eviten los roces. Esperar lo mejor de los y las estudiantes, dirigir el proceso de manera integral (emocional, académico, aprendizajes de vida, brindándoles herramientas para que sean los mejores, autoestima, etc) de enseñanza – aprendizaje. 

  • Estudiante: involucrarse activamente en su manejo conductual y autocontrol, en su aprendizaje y formación integral, responder a lo que se le exige. 

  • Grupo: Responder al contexto y entorno que los rodea, a las necesidades de las autoridades y de los mismos integres del grupo, construir roles de inclusión y aprovechando lo mejor de cada integrante. 

También al proceso de disciplina se pueden involucrar a la institución educativa como tal (establece el reglamento interno de disciplina y exige un nivel estándar a sus estudiantes según la misión y visión de la misma) y a los padres de familia (pueden favorecer o entorpecer la disciplina de sus hijos e hijas por la disposición y apoyo que brindan a la hora de inculcar conductas adecuadas, valores, éxito, afectividad, etc, además de la exigencia que ellos mismos puedan o no presentar). 

Es importante comprender que disciplina NO es sinónimo de castigo, de que la persona tiene problemas de disciplina porque no actúa como yo quiero que lo haga y presente actitudes “malas” según mi criterio. Cuando se aplican estrategias de disciplina se pretende beneficiar a la persona (conductas adecuadas) y satisfacer sus necesidades. 

Por lo anterior se puede concluir que “disciplinar significa enseñar. La disciplina no es castigo. La disciplina significa proporcionar las directrices y apoyo para los niños jóvenes mientras que aprenden cómo manejar sus emociones, enfrentarse a la desilusión o frustración, y a formar relaciones con la demás gente. La disciplina efectiva significa enseñar a los niños a comportarse de maneras que apoyen los valores de su familia, la sociedad y su cultura. La disciplina no es algo que hay que hacer después que el niño se haya portado mal, sino que es una forma continua de interactuar con el niño para motivar el buen comportamiento, desalentar el mal comportamiento, y sí, abordar el mal comportamiento cuando llega a ocurrir (Parenting Counts, 2015)”.

¿Por qué la disciplina es importante?






La disciplina es importante ya que es uno de los aspectos fundamentales para que el niño se convierta en una persona sociable, autónoma y tolerante; les ayuda a los niños a convivir, a respetar los derechos de los demás, reconocer que tienen sus propios derechos, y a su vez también que tienen deberes.
Se vuelve una herramienta importante al ser una manera efectiva de enseñar conductas y hábitos que se consideren correctos; maneras acertadas de expresar sentimientos; modos adecuados de jugar y compartir; valores familiares y sociales; seguridad para el niño, para otras personas y cosas.
Además es importante reconocer que la disciplina es un proceso continuo, que debe comenzar temprano en la vida del niño, adaptándose a su edad y personalidad.
Cada niño es único, es importante comprender el momento por el que está pasando, si necesita de más suavidad o firmeza o si requiere reglas y hábitos más acordes a sus recién adquiridas destrezas.
La disciplina, en principio, debe ajustarse a la edad del niño. Saber lo que puede lograr y lo que no. Evitar exigirle algo para lo que no está preparado.
Si se observa y conoce el proceso natural del niño, será más sencillo indicar los límites; el detener una conducta negativa en forma inmediata y sustituirla por una adecuada; explicarle cómo afecta su comportamiento a otros y a él mismo, haciendo así que el niño se sienta cada vez más seguro y capaz en tomar sus propias decisiones y poder convivir en armonía con otras personas.

Establecer límites y normas son fundamentales para los niños y niñas porque:

• Otorgan a los niños y niñas sentimientos de seguridad y protección.

• Los niños van creando sus propios referentes y van adquiriendo unas pautas de lo que es y no es válido, lo cual les ayudará a ir conformando su propia escala de valores.

• Ayudan a lograr una convivencia más organizada y promueven el sentido del respeto hacia los demás y hacia ellos mismos.

• Preparan a los niños y niñas para la vida en una sociedad que se rige por restricciones y obligaciones, que deberán aprender a cumplir, por el bien de todos.

• Ponen restricciones y límites al comportamiento de los niños y les ayudan a desarrollar, de forma progresiva, la tolerancia a la frustración, es decir la capacidad para poder asimilar el sentimiento de frustración que provocará el hecho de que no siempre les salgan las cosas como les gustaría.

"La primera idea que debe adquirir un niño para ser activamente disciplinado 
es la diferencia entre el bien y el mal; y la tarea del maestro consiste en ver que el niño no confunda el bien con la inmovilidad ni el mal con la actividad." 
-Maria Montessori.


¿Cómo debe ser “la buena disciplina”?

  • No tiene como objetivo prolongar la ansiedad del niño tras cometer la falta; la disciplina debe ser inmediata. El niño debe aprender que una conducta errónea tiene sus consecuencias.
  • La buena disciplina debe ser lógica, la coherencia educativa es fundamental para no desconcertar al niño y enseña al niño a confiar en sus padres y en las normas dictadas.
  • Firme y segura, los niños que por experiencia saben que las amenazas constantes de sus padres no se cumplen, no aprenden a ser disciplinados.
  • Se debe poner en práctica en cualquier momento, situación o lugar.   
  • Tiene que ser justa.
  • Ha de ser positiva, es decir, que ofrezca alternativas, soluciones, apoyos, de manera que fortalezca el diálogo y los vínculos afectivos entre los padres y los hijos/as.
  • La intensidad debe estar adaptada al desarrollo evolutivo del niño, a su personalidad y a su grado de sensibilidad.




  

¿Cuáles son las normas y reglas de convivencia para los niños de 0 a 3 años?

Normas y reglas de convivencia para los niños de 0 a 3 años

Como se sabe, para convivir en cualquier sociedad, se necesitan normas y reglas a seguir. Para un infante, su familia es quién le dará guía y marcará los límites en cuanto a qué se debe y qué no se debe hacer dependiendo del contexto. Con su familia, es que el niño o niña experimenta sus primeras experiencias de convivencia, lo cual significa que, de las reglas y normas con las que se le eduque, así se reducirá o aumentará la aparición de conductas riesgo en más adelante en su niñez y adolescencia.  Es por esto que es vital que las reglas y normas de convivencia de esta etapa deben:

  • Ser claras y concisas: las reglas y normas deben ser lo más claras y entendibles posibles, ya que en esta etapa los niños y niña cuentan con un vocabulario básico, por lo que se debe tomar en cuenta la facilidad de comprender e interiorizar el mensaje.
  • Ser pertinentes y razonables: deben ir de acuerdo a la edad de los niños y sus capacidades, adaptadas al nivel madurativo del niño o niña. Claro está que esta etapa engloba muchas conductas normales de un infante en crecimiento, por lo que deben adaptarse y también  comprender que hay ciertas conductas aceptables, tipo “prueba y error” de las que el niño o niña deben aprender por su propia experiencia, lejos de solo prohibirlo con una regla.
  • Ser conocidas y aceptadas por todos los miembros de la familia, facilitando aplicación y comprensión de las mismas.
  • Los padres siempre deben transmitir y enseñar reglas y normas en términos positivos, evitar las imposiciones groseras.
  • Se debe establecer con anterioridad las consecuencias claras, en caso de que las normas y reglas no se cumplan.


Teniendo claro esto, en cuanto a cuáles normas y reglas de convivencia los niños y niñas podrán comprender en esta etapa, tenemos:

  1. Debo obedecer  a mamá y a papá.
  1. Debo respetar espacios y objetos de los adultos.
  2. Los objetos no son para morderlos o romperlos.
  3. No debo golpear a los demás.
  4. Debo pedir las cosas de una manera respetuosa, “por favor y gracias” “si, no”, si grito, pataleo y lloro, mis padres no me darán lo que quiero.
  5. Gritar y llorar no solucionan mis problemas.
  1. No debo tirar mis cosas al suelo, si lo hago para llamar la atención nadie los juntará.
  2. No tirar objetos ni lastimar con ellos a los demás.
  3. Debo cuidar mi ropa, mis juguetes y mis cosas.
  1. No debo quitarle  juguetes a otros niños, mis padres me harán devolverlo de inmediato.
  2. Con mi comida no debo jugar.
  3. No debo botar mi comida cuando no quiero más o cuando no me gusta, debo decir no quiero.


¿Cuáles consecuencias pueden ser positivas y cuáles negativas?

Es importante recordar que el padre o madre de familia debe poner límites en el comportamiento del niño o niña para que éste no presente conductas inadecuadas en los diferentes ambientes que está inserto. En ocasiones, se debe reforzar el comportamiento adecuado del niño o niña haciendo uso de consecuencias positivas que estimulen la presencia e incrementación de las conductas adecuadas. Por otro lado, cuando el niño presenta un comportamiento inadecuado hay que aplicar algún tipo de consecuencia en función de extinguir o modificar la conducta, pero no se debe recurrir al castigo físico bajo ninguna circunstancia.

Consecuencias positivas
Consecuencias negativas
Las consecuencias positivas tienen como objetivo mantener o incrementar la conducta adecuada mediante el uso de reforzadores que premien y/o estimulen el comportamiento, los cuales pueden ser:
Reforzadores positivos: presentación de un estímulo ya sea una situación u objeto que sea agradable para el niño o niña que favorezca la repetición e incrementación de la conducta.
Reforzadores negativos: este reforzador no constituye una consecuencia negativa a pesar de su nombre, consiste en suprimir un estímulo que sea desagradable para el niño con el objetivo de que la conducta se siga presentando.
El fin de las consecuencias negativas es eliminar una conducta inadecuada o bien, sustituir una conducta inadecuada por una adecuada haciendo uso de reforzadores que extingan o modifiquen el comportamiento, que en este caso serían:
Reforzadores aversivos: suponen introducir un evento que no sea placentero para que la conducta deje de presentarse.
Castigos: consiste en eliminación (restricción) de una situación u objeto que sea agradable para el niño o el castigo físico, sin embargo esto NO debe ser aplicado.

A continuación se presentan algunos ejemplos que podrían representar consecuencias positivas y negativas, sin embargo, hay que recordar que las consecuencias y su valor varían en cada niño o niña por lo que no deben ser generalizadas, al contrario deben ser elegidas y ajustadas según las características del niño o niña y de la conducta que se quiera trabajar: