¿Cómo debe ser “la buena disciplina”?
- No tiene como objetivo prolongar la ansiedad del niño tras
cometer la falta; la disciplina debe ser inmediata. El niño debe aprender que
una conducta errónea tiene sus consecuencias.
- La buena disciplina debe ser lógica, la coherencia educativa
es fundamental para no desconcertar al niño y enseña al niño a confiar en sus
padres y en las normas dictadas.
- Firme y segura, los niños que por experiencia saben que las
amenazas constantes de sus padres no se cumplen, no aprenden a ser
disciplinados.
- Se debe poner en práctica en cualquier momento, situación o
lugar.
- Ha de ser positiva, es decir, que ofrezca alternativas,
soluciones, apoyos, de manera que fortalezca el diálogo y los vínculos
afectivos entre los padres y los hijos/as.
- La intensidad debe estar adaptada al desarrollo evolutivo
del niño, a su personalidad y a su grado de sensibilidad.
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