lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Por qué la disciplina es importante?






La disciplina es importante ya que es uno de los aspectos fundamentales para que el niño se convierta en una persona sociable, autónoma y tolerante; les ayuda a los niños a convivir, a respetar los derechos de los demás, reconocer que tienen sus propios derechos, y a su vez también que tienen deberes.
Se vuelve una herramienta importante al ser una manera efectiva de enseñar conductas y hábitos que se consideren correctos; maneras acertadas de expresar sentimientos; modos adecuados de jugar y compartir; valores familiares y sociales; seguridad para el niño, para otras personas y cosas.
Además es importante reconocer que la disciplina es un proceso continuo, que debe comenzar temprano en la vida del niño, adaptándose a su edad y personalidad.
Cada niño es único, es importante comprender el momento por el que está pasando, si necesita de más suavidad o firmeza o si requiere reglas y hábitos más acordes a sus recién adquiridas destrezas.
La disciplina, en principio, debe ajustarse a la edad del niño. Saber lo que puede lograr y lo que no. Evitar exigirle algo para lo que no está preparado.
Si se observa y conoce el proceso natural del niño, será más sencillo indicar los límites; el detener una conducta negativa en forma inmediata y sustituirla por una adecuada; explicarle cómo afecta su comportamiento a otros y a él mismo, haciendo así que el niño se sienta cada vez más seguro y capaz en tomar sus propias decisiones y poder convivir en armonía con otras personas.

Establecer límites y normas son fundamentales para los niños y niñas porque:

• Otorgan a los niños y niñas sentimientos de seguridad y protección.

• Los niños van creando sus propios referentes y van adquiriendo unas pautas de lo que es y no es válido, lo cual les ayudará a ir conformando su propia escala de valores.

• Ayudan a lograr una convivencia más organizada y promueven el sentido del respeto hacia los demás y hacia ellos mismos.

• Preparan a los niños y niñas para la vida en una sociedad que se rige por restricciones y obligaciones, que deberán aprender a cumplir, por el bien de todos.

• Ponen restricciones y límites al comportamiento de los niños y les ayudan a desarrollar, de forma progresiva, la tolerancia a la frustración, es decir la capacidad para poder asimilar el sentimiento de frustración que provocará el hecho de que no siempre les salgan las cosas como les gustaría.

"La primera idea que debe adquirir un niño para ser activamente disciplinado 
es la diferencia entre el bien y el mal; y la tarea del maestro consiste en ver que el niño no confunda el bien con la inmovilidad ni el mal con la actividad." 
-Maria Montessori.


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